seguir los pasos del camino pero sin pisar las flores

GR. 11 La Vajol - La Jonquera

La población de La Vajol es conocida por el camino del exilio que tuvieron que tomar los republicanos en el año 1.939. Un entrañable monumento recuerda ese triste episodio protagonizado por un padre y su hija, Mariano y la pequeña Alicia Gracia Bamala que caminaba ayudada de una muleta porque le faltaba una pierna. Detras iban sus hermanos Antonio y Amadeo, este último también mutilado y apoyado en sus muletas. Sirvan estas líneas de homenaje a nuestros paisanos porque eran de Monzón (Huesca).  En los alrededores se puede visitar  la mina de Negrín, llamada así porque el presidente de la República la utilizó durante la guerra civil para guardar lingotes de oro y plata en una cámara acorazada.
 Monumento a los caminos del exilio

 Edificio sobre la mina de Negrín

Algunas pinturas con políticos de la época

Iglesia de Sant Martí y su típica escalera

 Desde La Vajol se contempla el mar

En La Vajol (540 m.) hay que cruzar todo el pueblo y continuar descendiendo por la carretera de la Jonquera. Son unos 3 kilómetros de asfalto hasta llegar al cruce que indica la dirección de Santa Eugenia. La pista discurre entre un bosque de alcornoques y da un largo rodeo para llegar a la iglesia (352 m.). El alto Empordá es conocido por la producción de corcho y parece ser que es de excelente calidad. Más de la mitad de la superficie mundial de alcornocal está en la península ibérica, de ahí su protección y conservación. Si tenemos el vino y lo embotellamos, ya solo faltará añadir el tapón de corcho y cerraremos el ciclo para la combinación natural. Un dato a tener en cuenta, en 1.763 ya existían por aquí taponeros documentados en el oficio de la explotación corchera.   
 
 Salida desde la carretera, 8 de la mañana

 Cruce señalado que coincide con la GR.

 Corteza de alcornoque abrazando la roca

 Iglesia de Santa Eugenia, 9.30 horas

 Transporte de la corteza para el corcho

Junto a la iglesia hay una casa de colonias y más adelante un poste indicador que señala la dirección a La Jonquera. La pista se dirige al barranco de Querols que se cruza para iniciar una fuerte subida de tan solo 10 minutos que termina en un cruce de pistas bien señalado. A partir de allí, el resto del camino es siempre de bajada por una pista desde la que iremos divisando el valle del río Llobregat del Ampurdán. Por cierto, río que en otros tiempos alimentaba fértiles campos de juncos y que daría el nombre a La Jonquera. A lo lejos, aparece el castell de Bellaguarda, fortaleza del S. XVII situada sobre la misma frontera en la zona francesa de Le Perthus. Después, el paisaje es dominado por el entramado de autopistas y de vehículos que no cesan de pasar. Desde arriba, los cientos de camiones estacionados parecen otra cosa.

Distancia a La Jonquera de 2 h. 30 min.

Camino entre encinas y alcornoques

Cruce en el que termina la única subida

Vista del Fuerte de Bellaguarda

 La pista ya no tiene ninguna pérdida

El camino se acerca al final de forma acelerada, como si el tránsito motorizado fuera contagioso. Se pasa por debajo de la línea del tren y posteriormente de la autopista a través de un pestilente tunel. Por fin, se puede respirar mejor, aunque sea a costa del ajetreo de la calle en una zona de La Jonquera (105 m.) que es conocida como de la Caja de ahorrros. Etapa recortada a la mitad para esta ocasión y que se ha hecho todavía mas corta teniendo en cuenta que ha costado una hora menos desde el cartel que a las 9.45 horas indicaba que faltaban dos horas y media. Seguramente, se trata de una información para un recorrido distinto al del sendero pirenaico. Itinerarios que por desgracia para la GR.11, siempre parecen ser prioritarios.

 La Jonquera asoma en el fondo del valle

 Ultimos alcornoques para una despedida

 El pastor de ovejas descansa a la sombra

Túnel y final de la etapa, 11.15 horas

GR. 11 Albanyá - La Vajol

En Albanyá (240 m.) hay que cruzar todo el pueblo hasta un poste indicativo que señala la GR. y la distancia de 20 kilómetros hasta Macanet de Cabrenys. El camino comienza en la pista que hay justo detrás del Ayuntamiento y se abandona muy pronto para ascender por un sendero que nos deja en una gran roca a modo de hito. La mayor parte del camino continúa por la pista que asciende hasta el collado de Ferrerós (595 m.). Los numerosos cruces se suceden y hay que seguir las marcas de GR. que en esta parte del recorrido están recién pintadas. Muy cerca del collado y junto a la pista se encuentra la iglesia románica de Sant Feliu de Carbonils. Merece la pena hacer una buena parada en este enclave (630 m.).
 7.30 de la mañana, inicio de la etapa
 
Gran hito que culmina la primera subida

 
Buen ambiente al completar una hora

Bunker situado en la sierra de Ferrerós

Hay buenas vistas de la Alta Garrotxa

El grupo en la iglesia, 9 de la mañana

La iglesia románica está pegada a otra construcción prerrománica anterior y el lugar de Carbonils aparece ya documentado en el año 878. Su nombre está relacionado con la producción de carbón vegetal. Sorprende ver que ahora se recolectan ramos de lentisco para hacer composiciones florales que se exportan a Holanda gracias a su durabilidad. La pista sigue ascendiendo ligeramente y a lo lejos emerge la iglesia de Mare de Deu. Se continúa a la derecha para llegar a La Trilla (687 m.) dónde hay una casa bajo la sombra de un gran tilo. A partir de allí, hay que continuar por un sendero que volverá a encontrarse con pistas forestales y cruces sin buena señalización. Atención al giro que hay que tomar a la izquierda para seguir bien la dirección de la GR.

Abside románico y muro prerrománico

Rayo de luz en la cabecera del templo

La Trilla es el punto más alto de la etapa

 Cortezas de alcornoque para el corcho

Señal de giro deteriorada por la resina

Lugar dónde el desvío no tiene marcas

Encontrada la senda, se desciende por el bosque en la parte más bonita de la etapa para encontrar el barranco de la Fontfreda, único punto con agua hasta ese momento. Una corta subida nos sitúa en la pista que alcanza el Mas de Sant Andreu de Oliveda que está completamente vallado y que tiene la iglesia encerrada en su interior. Después de un corto tramo de carretera, otra pista desciende hasta el Molí d'en Robert que tiene bar y piscina en su antiguo molino. Es el lugar ideal para comer y descansar. Desde allí hay que dar un largo rodeo de 50 minutos por pista que asciende a Macanet de Cabrenys (348 m.) después de cruzar una urbanización. No es necesario seguir hasta el pueblo porque al llegar a la carretera de Figueres hay que girar a la derecha para continuar medio kilómetro hasta un camino que a mano izquierda se dirige a la Font del Carme.

En la riera de la Fontfreda, 11.30 horas

 Bajo un bonito ejemplar de alcornoque

 Río Arnera junto al Molí d'en Robert

 Vista de Macanet de Cabrenys, 14 horas

 Carretera por la que hay que continuar

 La font del Carme sin una gota de agua

La etapa resulta mas larga de lo previsto porque tiene demasiado recorrido por pistas. Todavía restan dos horas hasta La Vajol y hay que andar con calma. Antes de llegar a la fuente hay que cruzar un barranco que sí lleva agua. El camino discurre por alcornocales dónde aparecen madroños que a veces se dan la mano. Vuelven las pistas y más cruces que en esta zona están bien señalados. Después de una hora se llega a la carretera para cruzar el puente del Grau (258 m.). Desde allí hay otra hora de ascensión hasta la mina de Negrín, emblemático lugar usado para albergar cuadros del Museo del Prado y demás objetos de valor que el último gobierno de la República trasladó en su exilio. Merece la pena entrar y asomarse a la galería del piso de arriba. Muy cerca del final se encuentra la Font de Sant Silvestre que tiene un excelente mirador al golfo de Rosas. A un paso está La Vajol (540 m.).

Bosque de alcornoques (Quercus suber)

En el puente del Grau a las 5 de la tarde

La última subida del día se hace larga

Edificio de la mina Canta o d'en Negrín

Fuente de San Silvestre, 18.30 horas

Amabilidad y buena cena en Can Conxita