En Setcases (1.270 m.) hay que cruzar el puente sobre el río Ter y girar a la derecha por el camino que sube al collado de Lliens con aproximadamente 600 metros de desnivel. La ascensión entre el bosque de pinos permite caminar con buena sombra hasta alcanzar una pista que seguiremos para encontrar muy pronto el desvío de la senda (1.720 m.). Atención porque la Gr. arranca a la derecha para subir hasta los prados y atravesar una pista. Hay que localizar las marcas que conducen hasta un collado que está dividido por una alambrada. No hay que cruzar todavía sino que es necesario continuar hacia la izquierda y coronar la parte mas alta de la loma (1.889 m.).
Salida con marcas, 8'15 h. de la mañana
La subida es larga pero muy cómoda
Setcases, en la Vall de Camprodón
Siguiendo las señales por el prado
El grupo en la loma, 10 h. de la mañana
Junto a la alambrada que separa el collado
Collado de Lliens con la señal hacia Molló
Bucólica parada a la espera de rezagados
La Iglesia románica de Santa Cecilia
Viaje de regreso a Ribes de Freser
La subida es larga pero muy cómoda
Setcases, en la Vall de Camprodón
Hay tiempo para contar unos chistes
Vistas del recorrido de la etapa anterior Siguiendo las señales por el prado
La loma del collado es un buen lugar para descansar y
un excelente observatorio del valle del Ter con el recorrido que hace la Gr. junto
a los picos de Fajol y de Bastiments. A partir de aquí, todo el camino va
a ser en ligero descenso. Primero, se alcanza el cercano collado de Lliens
(1.867 m.), dónde hay que cruzar la alambrada que delimita el sendero. Después, se continúa a media ladera entre
claros y bosques hasta el siguiente collado de la Fembra Morta (1.735 m.). Una
nueva cerca divide el término de Llanars para adentrarse en los montes pertenecientes
a Molló.
Junto a la alambrada que separa el collado
Collado de Lliens con la señal hacia Molló
Bucólica parada a la espera de rezagados
El sendero desciende lentamente y pasa
pegado al Puig Moscós (1.740 m.), vértice geodésico y punto desde el cual se
observa toda una gran panorámica. Al norte se divisa la silueta del macizo del
Canigó. A partir de aquí, un ancho camino baja directo al fondo del valle en
dirección a una gran casa aislada. Un poco antes, se deja el oratorio blanco de Santa Magdalena (1.439 m.) para alcanzar la masía conocida como Can Pletis, un alojamiento de turismo
rural con piscina incluida. Hasta allí, una buena pista para vehículos
conduce a una urbanización de Molló (1.180 m.). A la entrada del pueblo, una fuente con lavadero es
el mejor final para la etapa.
Fuente de Molló, 12'30 de la mañana
Descenso hacia el valle del río Ritort
A la izquierda está el oratorio de la Santa
La Iglesia románica de Santa Cecilia
Viaje de regreso a Ribes de Freser